De cuando quise convertirme en atleta rumana
2023-02-15El otro día me hice la atleta rumana y me tiré palomita al sofá. Aterricé contra el posa brazos del sillón. En ese momento me hice la vivita, como que no había pasado nada, tal cual te pasa cuando te caés en público y hacés de cuenta que estás espléndida, que fue un desliz y por dentro estás toda rota, tú y tu orgullo.
Seguí en plan "aquí no pasa nada" durante un par de días hasta que mi cuerpo me avisó "ché, estamos aquí acostados a media mañana, no podés dar ni un paso sin que te duela el corazón. Quizá este sería un buen momento para que me lleves al médico". Y bué, allá fui. El ecógrafo me dibujó cada costilla con gel y se detuvo en la séptima, ahí mismo. Fisura en la séptima costilla.
Y googlié y aprendí esto. Que esa costilla es verdadera, no es flotante, es posta. Y que ahí están como para proteger, tipo coraza.
Así que aquí ando, desprotegida por el mundo. Con el corazón abierto.